No es de extrañar que la mayoría de los niños no se fíen mucho de un desconocido que les recorta el consumo de chuches y además tiene un montón de herramientas muy sospechosas en su consulta.
Normalmente, los niños no saben qué es lo mejor para ellos y, como padres, llevarlos al odontopediatra puede ser una tarea laboriosa. Sin embargo, las visitas al dentista podrían ser tan sencillas como ir al zoo si enviamos a los niños el mensaje correcto desde el principio.
¿Por qué los niños tienen miedo al dentista?
- Problemas médicos anteriores. Los niños que han sufrido experiencias negativas con algún tratamiento médico (dental o de cualquier otro tipo) pueden experimentar una mayor ansiedad en el dentista.
- Ansiedad parental. Si no podemos controlar nuestras propias ansiedades dentales, aumentaremos la ansiedad de nuestros hijos.
- Conciencia del niño de un problema. Los niños que saben que tienen un problema dental muestran más ansiedad en su primera visita al dentista.
- Carácter del niño. La timidez, la impulsividad y la emocionalidad negativa se han relacionado con un mayor riesgo de ansiedad dental. Una de las responsabilidades clave de un dentista pediátrico es prevenir y solucionar la ansiedad dental en los niños.
¿Cómo se combate la ansiedad dental infantil?
Sigue estos sencillos consejos para combatir la ansiedad dental de tus hijos:
- Juego de roles. Juega con tus hijos con muñecos fingiendo que estáis en la clínica dental. Esta actividad es divertida y, además, aliviará cualquier temor injustificado que tu pequeño pueda tener.
- Otras visitas. Lleva a tu hijo a las visitas dentales para padres o hermanos mayores. Esto lo familiarizará con el dentista y lo hará sentir más cómodo.
- Libros. Hay libros excelentes que pueden ser una herramienta muy útil para enseñar a tu hijo por qué necesita ir al dentista y qué esperar cuando esté allí.
- Recompensas. Si su hijo ha superado un obstáculo personal al ir al dentista, dile lo orgulloso que estás o incluso dale una recompensa.
- Responde a todas sus preguntas. Responde siempre a las preguntas de tu hijo. Por lo general, los temores de los niños se basan en leyendas urbanas del patio de recreo. Una charla con tu hijo sobre lo que es un hecho y lo que no, por lo general es suficiente para combatir cualquier temor irracional.